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miércoles, 9 de marzo de 2011

Impacto de la emisora "HJCK, El Mundo en Bogota" en Colombia

La emisora "HJCK, El Mundo en Bogotá" es uno de esos raros casos de "iniciativa cultural" en nuestro país, y digo raros casos pues por más que el pueblo colombiano insiste en enaltecer el valor de la cultura, de esta bella palabra poco se sabe. Es más, si la palabra llevara tíldes o "haches" intermedias, ni siquiera sería capaz de escribirla.

El concepto de cultura en nuestro país siempre ha estado marcado por la fiesta, el jolgorio propio de los carnavales y celebraciones de cada pueblo habido y por haber. En aquellos territorios más apartados, por ejemplo, pueden faltar los libros o los ábacos en la casa, pero no puede faltar la cervecita o el "alcohol Morsa" por defecto. Pueda que los servicios de salud sean limitados, o que todos los fieles deban esperar al cura párroco para oficiar una eucaristía cada domingo, pero el coqueto camioncito de Bavaria llega cumplido al menos tres veces por semana. Entonces, es ésa la "cultura" que tenemos?

HJCK era más que una emisora, que un simple dial. Era la revolución, el andamio por el que muchos poetas treparon y construyeron la casa de la poesía colombiana, el volcán que arrasaría con ignorantes y snobs a su paso. Que rompería el paradigma de que la cultura y la educación son bienes de abolengo. Que determinaría el inicio de un ciclo en donde miles de personas se sumarían a su causa aportando ideas, escribiendo, leyendo, escuchando los ritmos del mundo, sabiendo, entendiendo y aceptando que el planeta está cambiando, y que al final de cada emisión, habría dado un giro a nuestros cerebros.


Es acertado recordar que "El Mundo en Bogotá" instruía a sus oyentes de multiples formas. Fuera tan sólo presentando lo que otros no presentaban, o con estrategias mucho mas directas. Habían espacios diseñados como "clases" donde el oyente podía aprender historia, español o simple cultura general. De esta forma, la emisora tocaba de una forma mágica y especial a todos los que la seguían, y por tal motivo su labor es fuente de inspiración para muchos comunicadores e intelectuales de nuestro país.

En conclusión, el gallo al pie de la veleta, símbolo de esta gran radiodifusora, nos señalo por más de medio siglo el camino correcto para hacer nuestra labor de comunicadores. La primera lección es amar lo que se hace. En segunda instancia, que lo que hagamos tenga un caracter constructivo, que aporte valores y conocimientos a nuestros oyentes, y lo tercero y quizás lo más importante es que, sea cual sea nuestra posición frente a lo que pase en el mundo, nosotros siempre nos mantengamos firmes en la empresa que escogimos.... La HJCK llegó como el asteroide que dicen que mató a los dinosaurios: de sorpresa, para cambiar el mundo y dejarlo listo para aquellos que se acojieron a dichos cambios.

Carlos Escalante - Lorena Cantor

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